El autismo me ha sido familiar desde que tengo memoria. Mi hermano mayor, tres años mayor que yo, tiene autismo, y pasamos nuestra infancia viviendo en el mismo espacio. En una época en la que yo buscaba la atención de mis padres, mi hermano exhibía constantemente comportamientos problemáticos, atrayendo su atención. Sentía vergüenza por ser diferente a quienes me rodeaban, frustración por no poder comunicarme y un conflicto por querer un hermano normal. Debido al estrés que experimentaba a diario, mi imagen de estas personas cuando era niño no era necesariamente positiva.

Mi primer encuentro con la Dra. Sakurako Tanaka y el ABA fue en el verano de 2019. Por aquel entonces, llevaba muchos años trabajando en un sector ajeno a la educación y la asistencia social, pero empezaba a pensar en afrontar los problemas de los que había estado huyendo: mi hermano mayor. Tenía la vaga idea de que, al comprender y ayudar a personas con desafíos como los de mi hermano, podría superar los problemas que había enfrentado desde mi infancia hasta la actualidad, y que este podría incluso ser el comienzo de mi vida futura. Entonces, escuché a la Dra. Tanaka, quien ha ejercido como BCBA-D en el extranjero, hablar de que «el autismo no es una enfermedad incurable» y que «se puede curar con una intervención temprana y adecuada», y mi perspectiva sobre el autismo cambió.

En Japón, el conocimiento del ABA es bajo y los métodos de intervención adecuados no son ampliamente conocidos. Incluso antes de eso, no mucha gente sabe cómo comprender e interactuar con personas con autismo, como he experimentado personalmente. Además, hay muy pocas personas que puedan enseñarles.

Creo que la educación a través del ABA es necesaria, no solo para brindar apoyo directo a las personas con autismo, sino también para aumentar la comprensión de quienes las rodean como sociedad. Me gustaría hacer todo lo posible, por pequeño que sea, para ayudar a aumentar las oportunidades para que las personas amplíen su riqueza espiritual como seres humanos aprendiendo sobre el ABA, en lugar de prejuicios y estrés, y para fomentar un espíritu de esperanza y armonía.